Al hacer un recorrido por las excavaciones realizadas en Pompeya a lo largo de todo el siglo XIX, contamos con información muy desigual. Durante la primera mitad del siglo, echamos en falta los detallados diarios y los partes semanales que se elaboraban con anterioridad por los ingenieros militares. Hay informes parciales que se publican y planos en los que se anotan los descubrimientos que se han ido produciendo, con indicación de los años en que se van despejando determinadas zonas. Los directores de las excavaciones y los arquitectos tienen criterios diferentes, pero todos coinciden en registrar periódicamente en planos, cada vez más detallados, los nuevos edificios y las vías que dibujan la trama urbana.
El plano datado entre 1800 y 1806, firmado por el director de la excavaciones Ferdinando La Vega, es en realidad un resumen del trabajo que se había hecho hasta entonces por los ingenieros borbónicos. Recoge información de otros levantados por Weber, en los que aparece la insula VII.6. pese a que ya estaba cubierta. En la cartela leemos el título:
Pianta di parte della città ed adiacenze di Pompei. Quale si fa scavare dal Re delle due Sicilie Ferdinando IV
Mas abajo añade la siguiente explicación de interés:
Il sito dove resta tale Città antica è nei confini della Terra di Lavoro e Principato Citra e chiamasi questo di preferente la Civita del Rapillo o semplicemente il Rapillo.
En el plano se deja claro que hay zonas descubiertas y otras que habían sido excavadas, pero que se habían vuelto a soterrar. Es el primer plano en que se hace esta distinción mediante zonas dibujadas con diferente intensidad o color:
La piante segnate col nero sono delle fabbriche antiche che si trovano scoperte. Le segnate con fuliggine sono delle fabbriche antiche scavate già e poi ricoperte. Il colorito rosso dinota le fabbriche moderne, pertinenti a varie persone.
Debemos, por consiguiente, releer la parte correspondiente a la insula VII.6 en este plano con los diarios de excavación de los años 1759 a 1760 así que fue una excavación ordenada y puntualmente registrada tanto en los planos como en los diarios. Los objetos encontrados se conservan perfectamente localizables en el MANN. Esto no se corresponde con la afirmación que leemos en autores que se refieren a los trabajos del siglo XVIII afirmando que
Between the years 1759 and 1762 it was vandalised and stripped by the Bourbons, then re-interred.
También refiriéndose a las excavaciones de Giuseppe Spano, los mismos autores hacen igualmente un comentario poco afortunado:
Then came the slow and non-systematic uncovering again before the final destruction in September 1943.
Se trata de una descalificación muy habitual en algunos estudiosos que tratan de las excavaciones históricas de Pompeya y Herculano. Estas diferencias pueden remontarse a las habidas entre Paderni, Piaggio, Winckelmann etc. y son una constante en la bibliografía. Se suma a ello la continua descalificación que se hace de los trabajos anteriores por parte de los arquitectos y estudiosos franceses de comienzos del siglo XIX. En este caso, el motivo de que se volviese a cubrir lo excavado, después de dos años de excavación, se había debido a que la Maseria de Irace era una propiedad privada y la compra masiva de terrenos no se hizo hasta el periodo del reinado de Murat. En la documentación de la época vemos que Carlos III a menudo indemnizaba por la perdida de los cultivos o incluso por la destrucción de árboles. El acuerdo consistía en devolver a los dueños las parcelas para su cultivo. Por lo que se refiere a la excavación de Giuseppe Spano en 1910 podemos decir que fue un trabajo metódico, bien documentado en los diarios y que fue puntualmente publicado en Notizie degli Scavi.
Los primeros años del siglo XIX van a suponer un tránsito de la administración borbónica a la de José Bonaparte y Joaquín Murat, que ocupará los años 1806 a 1815 y será una etapa de gran actividad arqueológica. En buena parte se deberá al especial interés que pondrá en las excavaciones de Pompeya la reina Carolina Murat.
Las excavaciones hasta entonces se habían centrado en lugares separados y en fincas de propietarios diversos, que a partir de este momento se trata de unir para poder hacer un recorrido continuo por el lugar.
Muy pronto H. Wilkins recoge puntualmente en un plano editado en 1819 la forma en que se han unificado los diferentes sectores, que antes habían estado separados. En el plano de Wilkins vemos todo lo descubierto durante la etapa francesa (1806 - 1815).
Son los años en que se hacen adquisiciones de fincas en todo el espacio ocupado por la ciudad. Un sector comprendía la Via de Sepulcros y las mansiones ubicadas fuera de la Puerta de Herculano, así como las casas alineadas a ambos lados de la Via Consularis, desde la Puerta de Herculano hasta la Casa de Pansa (VI.6.1). El plano que conocemos para delimitar las propiedades que se iban a expropiar lo debemos a Pasquale Scognamiglio, quien enumera en 1806 todas las fincas y los nombres de sus propietarios
Los puntos de referencia son las diferentes parcelas rústicas y tan sólo se indican de la ciudad antigua la Puerta de Herculano, el templo de Isis y el anfiteatro.
Adquiridos o expropiados los terrenos se excava la zona del Foro y algunos edificios adyacentes, que se unen con este sector a través de la que ahora conocemos como Vico delle Terme (Callejón de las Termas). De este modo, salen a la luz por vez primera las estancias del lado oriental de la insula VI.6., incluyendo el gran depósito de agua de las termas. Igualmente se despeja el lado meridional del Foro, la Via della Scuola, il Vicolo della Regina y un tramo de la Via della Abbondanza en ángulo con la Via del Teatro, para acceder desde ellas a los edificios teatrales, el Foro Triangular y el Templo de Isis, que también se habían ido descubriendo por separado desde los primeros años de trabajos en Pompeya. Estos años de limpieza de las calles citadas, así como la excavación de la Casa della Reina Carolina, la excavación del Foro y la apertura del acceso a las excavaciones de la Casa de Pansa hasta la Villa de Diomedes, son la etapa de José Bonaparte y Joaquín Murat como reyes de Nápoles (1806 - 1815). Sin embargo, los autores contemporáneos insisten en que fue la reina Carolina Murat la verdadera impulsora de las excavaciones en Pompeya. Uno de los arquitectos que hace los levantamientos es F. Mazois, si bien parte de sus dibujos serán publicados como obra póstuma, debido a su prematuro fallecimiento (1826) y al hecho de que ya no están los Bonaparte en el trono napolitano. Mazois trabajó como dibujante de cámara de la reina Carolina Murat entre 1808 y 1811, por lo que presencia parte de los trabajos en el área del Foro con los que se unifican las diferentes zonas excavadas en la ciudad. Sus plantas, alzados y dibujos son publicados en la obra Les Ruines de Pompei (volúmenes I, II, III, IV), de la que los dos primeros volúmenes salen a la luz en vida del autor (1824) y los dos siguientes son continuados por el arquitecto M. Gau (1828 y 1838). En estos dos volúmenes póstumos se añaden los descubrimientos más recientes y entre ellos la Casa del Fauno y el mosaico de Alejandro, que había causado un gran impacto en 1830. En el primer volumen el plano que ofrece Mazois, fechado en 1812, refleja el estado de las excavaciones en los dos años que estuvo dibujando sobre el terreno, cuando apenas se habían acometido las excavaciones del Foro y edificios adyacentes.
En el cuarto tomo Gau nos da ya una visión completa de lo excavado, no solo durante el reinado de Murat, sino en los veinte años siguientes (1838). El conjunto visitable de Pompeya no es ya una serie de excavaciones alejadas en medio de las propiedades privadas, sino un tramo completo de la ciudad descubierto desde la suburbana Villa de Diomedes, Puerta de Herculano, Termas, Foro y edificios adyacentes, Casa de Championet, Casa de la Reina Carolina, Templo de Isis y edificios teatrales. Una vez conseguida esta unidad queda por incorporar al conjunto la excavación realizada, durante la época de Murat, en la Puerta de Nola. Este será uno de los proyectos principales en Pompeya durante los años cuarenta. Por una parte se excava gran parte de la región VI y por otro lado se continúa despejando la Via de Nola. Esta termina su recorrido en el tramo que denominamos Via delle Terme, que ya había sido excavado e interpretado desde tiempos de Mazois como uno de los desagües generales de la ciudad.
A los efectos de lo que encontramos en los dibujos y planos de Mazois relacionado con la ínsula VII.6, interesa particularmente la estampa en que reproduce con detalle el tramo final de la Via de las Termas, que el propio Mazois había visto excavar. Este dibujo sale a la luz en 1824, al final del tomo segundo de Les Ruines de Pompei, pero es la primera y única vez en que vemos el ángulo N.O. de la Casa de la Diana Arcaizante.
La excavación de la calle había quedado interrumpida en unos sumideros que son interpretados como desagüe de la ciudad:
Vue d’un des ecouts de la ville.
Este dibujo lo copia Ovenbeck en 1856 (p. 49, fig 23) quien todavía considera que son desagües de la ciudad:
Die nebenstehenden Abbildung vergegenwärtigt uns ein dieser Emissare.
A la izquierda de la imagen se distinguen las entradas a los espacios comerciales VII.6.1 y 2. En la pared del primero se documenta una decoración de cuadros que alternan colores y posiblemente son rojos y blancos. En la siquiente entrada se ve parte del mostrador del termopolio que aparece en las plantas. La pavimentación de la calzada llega completa hasta los dos sumideros, aunque en la actualidad también es una zona que se ha cubierto accidentalmente. Hoy vemos que se ha añadido por error un muro, con posterioridad a las restauraciones realizadas tras el bombardeo de 1943. Posiblemente no es otra cosa que un fragmento de muro desplazado por la onda expansiva de alguna de las bombas.
En el plano de Mazois/Gau, T.III, lam.14 vemos, en la parte superior, las tabernas del ángulo SE de la insula VII.6 recién excavada. Este callejón se despeja para acceder por el Vicolo delle Terme, a la Casa de Pansa y todo el sector excavado hasta la necrópolis de la Via de Herculano y las villas suburbanas.
Se ven en la planta las tabernas que hacen ángulo desde la 23 a la 27, así como las fauces de la casa VII.6.28, también conocida como Domus del Peristilo o de Secundus Tyrannus Fortunatus. No se hace descripción explícita de estas habitaciones recién excavadas, pero Mazois dibuja (tomo III, lám. VII) el altar del Vicolo dei Soprastanti que identifican como dedicado a Zeus por el águila del frontón. En el cuadro principal había una escena de sacrificio en estuco, de la que no queda nada.
Esta zona exactamente ha sido objeto de estudios estratigráficos en 2016 por parte del grupo de trabajo coordinado por el Prof. Michael Anderson de la Universidad de San Francisco en el Proyecto de la Via Consularis.
Como vemos, se descubre el ángulo NE de la insula VII.6 en los primeros años del siglo XIX y la vemos identificada en el plano que en 1919 publica Wilkinson, donde ya están esbozados los límites del lado occidental de la ínsula. Poco después, en 1827 publican Cook, Donaldson y Cockburn, a partir de datos tomados sobre el terreno y con explicación de lo que en esos años era visitable, un plano para el que dicen que han tomado medidas del natural.
En este plano se aprecia excavado todo el lado norte de la insula, en la que denominamos Via delle Terme, el mencionado lado oriental o Vicolo delle Terme y un pequeño tramo del Vicolo dei Soprastanti. Esta delimitación en tres lados de la superficie de la manzana hecha en época napoleónica se va a mantener de ahora en adelante -con algunas modificaciones y añadidos- en planos sucesivos. En el resto de su superficie veremos que se acumula tierra de las excavaciones próximas, dando lugar a la formación de un montículo que aparece señalado a menudo en toda la cartografía del XIX.
En estos años debemos fijar nuestra atención en la figura de William Gell, topógrafo y anticuario inglés al servicio de la reina Carolina a partir de 1814, que publica en varias ediciones su guía Pompeiana, ilustrada con planos y dibujos muy realistas realizados con la cámara lucida. En la primera edición incluye un mapa fechado en 1817 en el que vemos los trabajos en la Casa de la reina Carolina, la Basílica y el Foro.
Poco después, en la segunda edición, en un plano de 1819 comprobamos que este es el momento en que se excava el Callejón de las Termas para unir el espacio del Foro con las excavaciones anteriores en las que se había puesto al descubierto desde la Casa de Pansa hasta la Villa de Diomedes.
En posteriores ediciones de Pompeiana (1832) Gell actualiza un plano fechado en 1826 de la zona central de la ciudad, incluyendo el Foro y sus alrededores. En la insula VII.6 incorpora las estructuras excavadas con anterioridad, pero que se hallaban cubiertas. Esto significa que ha tenido acceso a los planos oficiales que se conservan en el Palacio. Sin embargo, en un dibujo que hace de las Termas del Foro, recién descubiertas, representa claramente la tierra acumulada en esta insula distinguiendo las estancias que eran visibles. Dibuja el depósito de agua en el Vicolo delle Terme, las tabernas, las escaleras 17-18, y las tabernas 19-25 en el ángulo que forma con el Vicolo dei Soprastanti.
Es un hecho que, a pesar de las anteriores restricciones que imponía la Academia Ercolanese para dibujar los hallazgos más recientes, hay unos años en torno a 1825 en que confluyen ingenieros y topógrafos para levantar planos de Pompeya apoyados por diferentes cortes europeas. Gell enumera en pp. XI - XIII los planos que se están haciendo por parte de diversos arquitectos y topógrafos. Cita, además de permiso especial que se le había concedido a él, los del inglés Goldicutt, el ingeniero militar húngaro Ludwig de Goro von Agyagfalva, que había llegado a Nápoles en 1821 interesándose por Pompeya, de la que hace un plano entre 1823 y 1824. Se incorporan en él las últimas excavaciones que contribuyen a unir la zona del Foro con la Via de las Termas. Vemos excavado el corto tramo de la via y templo de la Fortuna y se comienza la excavación de las termas y la casa del Poeta Trágico. De este modo la unión de las dos áreas se hacía por un espacio más abierto y menos estrecho que el reducido Callejón de las Termas.
Menciona igualmente los trabajos del joven arquitecto napolitano Carlo Bonucci, sobrino del también arquitecto de Murat, Antonio Bonucci. Este último había sido puesto al frente de las excavaciones de Herculano y poco tiempo después se ocuparía de Pompeya. Añade William Gell a estos tres proyectos otro, aún inédito, obra del arquitecto francés Antoine Bibent, del que muestra su admiración en estos términos:
To these may be added the magnificent map of M. Bibent on so large a scale that the details of every house are represented, but not at present, February, 1827, containing the latest excavations.
El plano al que se refiere es el que en ese momento está realizando el arquitecto francés Antoine Bibent, que a su juicio es el mejor y más detallado realizado hasta ese momento (1827). El plano de Bibent es recogido y publicado por Cook con el siguiente texto:
Plan of the principal portion of the excavations of the city to the present period. Taken from the accurate and detalied plan of monsieur Antoine Bibent French Architect. Laid down according to his surveys. Made during a residence of several years on the spot. MDCCCXXVI
En el plano de Bibent, hecho en 16 hojas que formaban un rectángulo de 4 x 2’5 metros, se dibujaban con todo detalle las tabernas y entradas de las casas que daban a las tres calles descubiertas: Via de las Termas, Callejón de las Termas y la mitad de la Via dei Soprastanti. También se señalan con mayor precisión que en otros planos los atrios de las casas, a las que se accedía desde estas calles. En 1858 se estampa una versión reducida de 0’96 x 0’61 m. en la que se incorporan en rojo un gran número de casas y calles descubiertas en los 33 años transcurridos. Vemos que son unas décadas de trabajo intenso y hoy diríamos que excesivo, en unos años en que ya se estaban levantando voces denunciando la imparable destrucción de los frescos expuestos a la intemperie.
En 1828 es nombrado al frente de las excavaciones de Pompeya, como hemos dicho, Carlo Bonucci, quien tiene acceso a los planos anteriores y publica una planta de las excavaciones que añade las zonas cubiertas de igual modo que habíamos visto en el plano de La Vega: distingue zonas iluminadas en diferentes colores para definir los espacios públicos, los espacios privados, la zona de necrópolis y, en el caso de la insula VII.6, lo que denomina 'case altre volte scavate'. Es decir, aunque está cubierta por una importante acumulación de tierra y lapilli, el autor suma a este plano los que habían realizado los hermanos La Vega, que a su vez recogen información de los planos anteriores de Karl Weber.
Esto nos permite reconocer que, al menos en planta, se tenía completa información de las estructuras que habían sido excavadas en aquél lugar entre 1760 y 1762 y posteriormente cubiertas de tierra. En ningún momento se hace referencia, en estos planos ni en los sucesivos, a que en una de las casas que había bajo aquél montículo de tierra removida se había hallado la escultura de la Diana Arcaizante. La lectura que se hace de los muros subyacentes es en líneas generales bastante correcta, pero hacía tiempo que aquellas viñas habían dejado de ser la antigua masería de Irace y la identificación de los espacios se hace ya mediante referencias a casas descubiertas o lugares reconocibles de la ciudad antigua. Siguiendo la misma línea de Bonucci, en 1839 la casa editora Ferdinando Artaria edita un plano iluminado en el que se señala en color azul intenso la parte descubierta de la insula.
Se indican las fauces de las casas 3, 7, 11 en la Via de las Termas y la domus 28 en el Vicolo dei Soprastanti, insinuando en trazo más tenue el atrio de cada casa, aunque dibujado con medidas incorrectas. Como construcción más destacada vemos el gran depósito de agua de las termas. La diferente intensidad de color de la parte cubierta coincide con lo que se registra en la mayor parte de los planos del siglo XIX y vemos descubierto por vez primera en la fotografía aérea de agosto de 1910.
La misma información es la utilizada por el arquitecto alemán Wilhelm Zahn, que fue profesor de la Academia Prusiana y participó directamente en las excavaciones de Herculano y Pompeya. En su plano hace constar que tuvo acceso a los planos conservados en la Real Oficina de Topografía en Nápoles, así como a las ruinas mismas de las que tomó datos personalmente. A partir de estos datos publica un plano en 1844 al que incorpora en la insula VII.6 lo excavado por Weber, utilizando nuevamente los dibujos del arquitecto suizo y de su sucesor Francesco La Vega.
De este modo recoge la totalidad de las estructuras de la ínsula, de la que una gran parte estaba cubierta desde 1762. En el momento de levantar este plano había sido el lugar de depósito de una gran parte de la tierra y cenizas de las excavaciones circundantes. En este plano Zahn añade una parte de la Insula Occidentalis, pero calcula un ancho excesivo al Vicolo del Farmacista, del que en ese momento apenas se vería una pequeña parte a la entrada de la casa de Fabio Rufo. Es de resaltar el hecho de que siendo un plano en el que se aportan noticias históricas y fechas en las que se fueron excavando las diferentes partes de la ciudad, no hace mención de las excavaciones de 1760-1762, que incorpora a partir de documentos anteriores, pero sin dar fecha ni explicación alguna, al contrario de lo que hace en otros edificios.
Siguiendo este recorrido por el registro gráfico de las excavaciones de Pompeya, vemos que la insula VII.6 aparece en los planos del siglo XIX de dos formas diferentes: incluyendo la totalidad de las estructuras, como hacen el arquitecto Bonucci, el editor Artaria, el canónigo Jorio, el arqueólogo Fiorelli y el también arquitecto Zahn, que son quienes tienen acceso a los planos conservados en el Archivo Real. La otra alternativa, que vemos más veces reproducida, es la que incluye solamente las estancias periféricas de la insula, dejando en blanco el montículo acumulado sobre el lugar en que se habían hecho las excavaciones antiguas. Es comprensible que en planos elaborados para facilitar la visita a las ruinas excavadas, se prescindiera de unas estructuras que no eran accesibles. Así lo vemos en planos en los que se ven las tabernas y fauces del lado de la Via de las Termas, el Callejón de las Termas y parte del Vicolo dei Soprastanti. En muchos de estos dibujos constatamos que la excavación se hizo hasta la entrada de los atrios, por lo que en los planos se registran con una línea más tenue y sin sus dimensiones precisas. Esta misma zona cubierta durante siglo y medio es la que despeja Giuseppe Spano entre enero y junio de 1910 y reconocemos perfectamente definida en la fotografía aerea de agosto de ese mismo año.
La planta más detallada del XIX la debemos a quien ha sido la gran figura de la arqueología pompeyana, Giuseppe Fiorelli. Su interés por registrar la ciudad lo tenemos en la obra Pianta di Pompei que hace con el cartógrafo Carlo Sorgente a partir de 1858 (Tabula coloniae Veneriae Corneliae Pompeis, 1861) que sirve de base para iniciar en 1861 la maqueta de corcho a escala 1:100 que conserva el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Tanto en el plano como en esta maqueta la insula VII.6 aparece vacía. En el primero vemos las tabernas del lado norte y se dibujan los atrios de las domus 3, 7 y 11. En la segunda tan sólo se reconstruyen las tabernas del ángulo SO que había dibujado Mazois.
La brillante dirección de los trabajos en Pompeya llevada a cabo por Fiorelli es continuada por el arquitecto Michele Ruggiero, pero tampoco durante el período en que estuvo al frente de la ciudad antigua se hizo nada en la insula VII.6, que continuaba cubierta por un elevado montículo de tierra y lapilli de las excavaciones vecinas. Cuando en 1778 Emill Presuhn publica el plano de todo lo que se había descubierto hasta el momento, vemos que el interés de los años precedentes había sido, sobre todo, la excavación de un cierto número de domus en la región VI, y otras insulae alinedas en las regiones IX y I hasta la Puerta de Estabias. En el plano coloreado que señala perfectamente las cuatro arterias con las que Fiorelli había delimitado las nueve regiones pompeyanas.
A fines del siglo se están excavando las insulae 14 y 15 de la región VI, que en el plano citado podemos ver que es una zona que queda por despejar. Por ello a comienzos del XX Giuseppe Spano se plantea rematar algunos trabajos de limpieza en dos puntos de la ciudad. Con este fin acomete excavaciones simultáneas en la Puerta del Vesubio y en la insula que había quedado rezagada al final de la Via de las Termas, donde había un montículo de tierra acumulada de trabajos anteriores. Una fotografía anterior a 1910, sin autor ni fecha, nos permite reconocer al fondo la entrada de la Casa de Pansa y en primer término, a la izquierda, una parte de ese montículo a que nos referimos.
Los trabajos de limpieza realizados, por tanto, en el siglo XIX en la insula VII.6 no nos consta que estuviesen siempre registrados en diarios, como lo fueron los de 1760-1762 o los realizados en 1910. Nuestra única forma de documentar algunos decenios de la primera mitad del siglo es comparando planos fechados, que unas veces han sido realizados por arquitectos vinculados a las propias excavaciones y otras están incluidos en guías para viajeros. No siempre se hicieron con datos tomados sobre el terreno, pero la fiabilidad de unos y de otros, como vemos, es perfectamente verificable.